miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ardillas, monos y otros vecinos


Sabemos que en los parques naturales indios se conservan tigres, que este pueblo domestica el elefante asiático y que es especialmente sensible con los animales. Un país principalmente vegetariano, donde solo se come pollo y en ciudades como Varanasi ni eso, y que convive estrechamente con animales. Convivencia que para el viajero occidental resulta, al menos, chocante especialmente en las zonas urbanas. Los perros, y en menor medida los gatos, no abundan demasiado. Los loros en algunas ciudades revolotean en gran número, pero lo que abundan son las ardillas que puede coincidir que pele descuidadamente su comida en una rama sobre tu mesa en la terraza del restaurante.



Las vacas, madre de los indios, reciben un trato especial como tal, y por las calles se deja la basura para que rebusquen y degusten a su antojo. Son animales descarados que no se asustan por nada, que rumian tumbadas en la carretera, retienen trenes  en sus paseos por la vías, pululan sin detenerse entre la muchedumbre por callejones y andenes de estaciones impasibles ante las estrecheces,  a sabiendas que serán las personas las que se aparten.











Pero, sin duda, es el mono el que suscita en el viajero un cierto rechazo. Astuto y tremendamente ágil, se desplaza en grupo por azoteas, cornisas y tendidos eléctricos, atentos para agenciarse cualquier cosa que llevarse a la boca. Aprovechan cualquier descuido y, sin ningún pudor al mantener sus abundantes relaciones de pareja, deambulan sobre las cabezas de viandantes que tientan la suerte de que no les aprieten otras necesidades.






1 comentario:

  1. los monitos no son de confianza,he estado al lado de ellos y son malísimos........las vacas son sagradas pero las ardillas que pintan .....yo no lo sé....

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