martes, 8 de febrero de 2011

Perdí la fe

Hace mucho que no tengo ídolos. Hace mucho que descubrí que muchas biografías, igual que la luna, tienen cara oculta. Pero yo no soy diferente a los demás, a estas alturas de la vida, los que más o los que menos ya nos hemos desengañado de muchos y de muchas cosas. Lástima que aún haya quienes, obsesionados con abrir a la verdad los ojos de los demás, se empeñen reiteradamente en llamar la atención de nuevo  sobre ciertos iconos y mantengan vivas “leyendas urbanas”, personajes de dudoso valor histórico, ídolos que incluso el mercantilismo descabalgó del pedestal y convirtió en productos de consumo y, paradoja, los consumieron embobados los de ideologías contrarias.

Yo perdí hace mucho la fe en los mesías, en los salva patrias de una u otra calaña, especialmente aquellos que aparecen en épocas de río revuelto, los que venden formulas milagrosas y los que osan afirmar que lo hacen por los que menos tienen, por los currantes, por los peor posicionados en ésta sociedad materialista, del pelotazo, de economía sumergida, de dinero B, de “coge el dinero y corre”.
No soporto a los que en épocas de miedos, generan más miedo, los que lo utilizan para obtener prestigio, para aumentar popularidad y subir escalones en la pirámide de sus ambiciones, cúspide desde donde salvarnos a todos. Los visionarios que “a toro pasao” nos dicen con descaro “ya lo decía yo”. Los que no aportan la fórmula correcta cuando niegan la de los demás. Los que no se preocupan por la calidad de lo que como o por mi salud a no ser que la pierda y entonces utilizarme para poner en cuestión la gestión de algún adversario. A los que les importa mi mejor formación y mayor información si no es para discrepar y razonar en su contra.  
No quiero salvadores que me indiquen la buena senda, permítanme que la busque yo.

1 comentario:

  1. Yo también hace tiempo que deje de tener idolos y tampoco creo en "salvapatrias" ni gente que va de ese rollo. Lo malo es que sigue habiendo muchos.
    Ya veo que tu tambien le das a esto a horas intempestivas.
    Un abrazo

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