lunes, 4 de abril de 2011

Soñando

1 de abril.
Viento sur. Hace más calor que en agosto y el ambiente está seco. El sopor de la tarde me nubla la mente. Mi cuerpo se relaja. Cae el sol tras el horizonte, se cierran mis párpados, ¿me invade la noche?
  Me sorprende  entre las tinieblas. No dice nada, solo mira… Olas rubias sobre sus hombros. Alicia.
Sentada está la reina, serena, rojo sobre negro, pálida, corazón, corazones.
El Sombrerero… en la oscura noche con ventanas de fuego, de luces. Elegante, pelirrojo… ¿estoy soñando un cuento?


  Amanezco junto al río. Donde los árboles nacen del agua y tienen piernas blancas. La nieve tiene pétalos,  las estrellas nacen en el suelo, las ramas brillan de amarillo y un sombrero de tejas y flores moradas contemplo a través de una ventana. Vuelo desde las peñas sobre verdes campos castellanos… ¿estoy soñando un paisaje?
 
















Contemplo animales  pintados en las paredes. Rojos, ocres. Bisontes, ciervos. Me rodea el fuego, un incendio, una antorcha. Me acerco al sol. Miguelón y Elvis me observan desde la oscuridad y El Cid, a caballo, me contempla desde la otra orilla del río… ¿estoy soñando la historia?






  Despierto. Es lunes 4 de abril. Hora de ir a trabajar. La Semana de la Imagen, las Hoces del Rudrón, el Museo de la Evolución Humana,  o..., tal vez,... ¿he soñado el fin de semana?

1 comentario:

  1. "la escritura no deja lugar a dudas de las escenas contempladas , cual dícese ser un pasaje de la mirada del día a día tras una relajada jornada de fin de semana".

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