viernes, 17 de junio de 2011

En el reino de las nieblas

Allá arriba, en el reino de las nieblas, habitan los seres vivos más viejos del lugar. Cuentan que han visto pasar las generaciones, cambiar el mundo, evolucionar el paisaje que les rodea y que conocen más momentos de la historia que nadie. Dicen que son la presencia viva de otros tiempos, supervivientes de épocas remotas, auténticos testigos del mundo.
 


Foto: Laro del Río




Foto: Laro del Río

 
Quisimos contemplar su rugosa piel, rendir respeto a su ancianidad, saludar humildemente su majestuosidad, e iniciamos el largo y “pindio” camino entre densos bosques de robles. Desde San Pedro, allá en la Liébana, ladera arriba, por el reino del helecho y el acebo, arriba de la ermita de San Pedro de Toja -como la dicen los del lugar- ascendiendo alto hasta donde desaparece el bosque y sobrevive solo la pradera.




Foto: Laro del Río
































 

 






















Pero no habíamos concertado cita y no fuimos recibidos. Ni las vacas que pastaban en el lugar se dejaron ver, solo sus cencerros delataron su presencia. Imposible acceder al trono de tan ilustres ancianos, imposible no perderse intentando llegar a la Braña de los Tejos. Inasequible la visita a estos árboles milenarios -dicen los que saben que se acercan a los 2000 años- que contemplan toda Cantabria desde lo alto, allá arriba en Peña Ventosa, entre el Deva y el Nansa donde comienza la sierra de Peña Sagra.




Foto: Laro del Río


Foto: Laro del Río


Foto: Laro del Río



Foto: Laro del Río



















En el reino de las nieblas, la montaña decide tus pasos seguros, solo los Ventolines tienen más poder, y no consintieron limpiar el horizonte, así que... ¡otra vez será!
 



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