domingo, 24 de julio de 2011

Ahora, entre el recuerdo y la añoranza.

Los viajes comienzan mucho antes del propio viaje. También terminan mucho más tarde. Afortunadamente se empieza a viajar cuando se prepara el itinerario, buscando información, interesándose por los lugares de visita obligada, seduciéndose por el paisaje y por el paisanaje. El fin del viaje también se prolonga más allá en el tiempo que en el ineludible regreso a casa, se alarga, claro, con los recuerdos, pero también cuando reclaman tus impresiones amigos y familiares. A veces un viaje no termina nunca, o, al menos, hasta que no comienza el siguiente.


Este viaje a Guatemala, quizá, y para mi sorpresa, empezó mucho antes, hace 18 años con la primera visita al país. Una visita que acentuó aun más la particular visión del mundo que había ido descubriendo en otros lugares tan dispares y que ha provocado una especial curiosidad para ésta nueva ocasión.
Ahora, ya en casa, aún “viajando”, se es consciente aún más de lo vivido y lo visto, el entrañable recuerdo de las personas que quedaron allí y el optimismo (la vez anterior no fui tan optimista) por el futuro de ese país centroamericano, tan espectacular y con tantos recursos. Sin la extraña sensación de tanta presencia militar –y algo más que presencia-y una guerrilla que les retaba, ahora el país trasmite más tranquilidad, más progreso y menos abandono. “El gobierno va a hacer mas carreteras, porque ya no caben los baches”, decían entonces; ahora las carreteras y autovías, y un parque automovilístico nuevo, nada tienen ya que ver con las de entonces. Así también otras muchas cosas, incluidos los servicios turísticos, más y mejores, y hasta han proliferado los centros comerciales. Un país notablemente mejorado, si exceptuamos la violencia que, principalmente en la capital, alimenta unas malas estadísticas y propicia que algunas personas vivan condicionadas por una constante autoprotección. La superación de esa situación y la mejora de los servicios públicos, en especial los sanitarios, son todavía la asignatura pendiente de los sucesivos gobiernos, de los que tampoco, lamentablemente,  los guatemaltecos esperan grandes logros.

Hotel "Aurora", en una bonita casa colonial de Antigua

Centro Comercial en Santa Elena, Petán, de reciente construcción

La enorme repercusión social y mediatica del asesinato de Cabral

Ensayos de "Oveja Negra", rock progresivo made in Guate

Mientras, ojalá, con los ritmos de “Oveja Negra” sonando de costa a costa, las nuevas generaciones bien formadas y comprometidas consigan un equilibrio social y hagan de este país lo que se merece.

2 comentarios:

  1. Bienvenido Pedro, tienes mucha razón.Me ha encantado el post. Ya nos veremos y me cuentas tranquilamente al calor de una caña.
    un abrazo

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