jueves, 11 de agosto de 2011

Ahora

Leo un titular hoy: “Y ahora van a por Francia”. “Los especuladores atacan la banca francesa…”. No entiendo de economía, bueno, de esa economía que solo entienden los economistas aunque cuando les preguntas en futuro nadie afirma ni te asegura nada; porque de la economía de verdad si se, dos y dos son cuatro y si tengo cuatro no puedo comprarme nada que valga cinco. La cosa es que, según el titular, los especuladores son un ejército de la hostia y cada día atacan el país que quieran (léase: al beneficio obtenido por sus ciudadanos con su trabajo). Yo creía que eran simples buitres.

Ahora que los griegos son “el sur del norte”, osea, los nuevos esclavos para las décadas futuras gracias a que han sido “rescatados”. Ahora que hay que restringir (porque a ellos les da menos beneficios de los que quieren) el “estado del bien estar”, ese con el que han soñado y por el que han trabajado generaciones. Ahora que, como habíamos tirado la casa por la ventana, nos vemos sin techo; ahora que a algunos se les empieza a terminar el dinero negro acumulado durante estos años de vacas gordas; ahora que sabemos que ayuntamientos y estados han gastado el dinero de dentro de diez años; ahora toca a los de siempre solucionar el problema, como siempre con su trabajo y cobrando menos y, desvergüenza supina, regalando a los mercaderes los servicios públicos, los creados entre todos, para que todo sea más caro y los especuladores ganen más.
 Ahora, antes que nada, hay que replantearse el futuro. Pese a quien le pese, claro que son los de siempre y los que se empeñan, sea lo que sea, en que nada cambie. Es evidente que el sistema ha fallado, ha creado su propio monstruo insaciable capaz de auto-engullirse. Una vez más hay que reinventar nuestra sociedad, esta vez más justa, más ética y más humana. Y, sobre todo, esa nueva tarea debe realizarse entre todos y, por supuesto, sin dejar que metan las manos quienes nos han guiado hasta aquí. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario