sábado, 17 de septiembre de 2011

Caminos hacia el norte


Por Segisama transcurría la calzada que desde Cesar Augusta (Zaragoza) se dirigía a Asturica Augusta (Astorga) y aquí, en la hoy Sasamón, estableció su campamento base la Legio IV Macedonia en los tiempos en que Octavio Augusto se dirigió hacia la cercana Amaya para destruirla y seguir camino del norte a la conquista de la tierra de los cántabros.


Romanizadas estas tierras, se empedraron los caminos al modo romano para comunicar castros y aldeas, para que en siglos posteriores llegaran musulmanes, para que naciera Castilla y su historia se enriqueciera de acontecimientos. Santa María la Real es su iglesia, de gótica construcción y digna seo de un antiguo obispado. De la iglesia románica de San Miguel de Mazarreros solo queda ya la portada para enmarcar, en el horizonte, la Peña Amaya.






Aguas arriba del Brullés, hacia el norte, el viajero “toma las de Villadiego” y hace suyo el dicho como lo hicieran,  en épocas de persecución, los judíos de la península buscando la tranquilidad que les daban los privilegios y encomiendas que Fernando III el Santo concedió a los que en esa villa residían, eso sí, obligados a vestir siempre las distintivas calzas amarillas. Las otras alternativas para aquellos hebreos eran la conversión o el éxodo. La riqueza que allí se juntó se adivina hoy en su casco histórico y de la hospitalidad dispensada dan muestra todavía sus gentes.







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