sábado, 29 de octubre de 2011

Siguiendo al zorro

Esta noche, o quizás de  madrugada, un zorro ha estado marcando su territorio en la orilla del río Saja, cerca de Terán, bonito pueblo en el valle de Cabuérniga. Hemos podido seguirle unos metros porque la crecida del río con las lluvias de días pasados ha dejado los limos alisados y el animal no ha evitado pisar por ellos. En un momento dado se ha acercado al curso del agua, que allí presentaba un pequeño talud con el consiguiente desnivel, y ha dejado visible y estratégicamente colocado un excremento, señal clara para otros congéneres de que ese territorio está ocupado.
Como una de las huellas estaba muy nítida y presentaba muy marcados los pelos del animal, hemos hecho un molde con escayola.  

Por la zona también ha estado merodeando no hace demasiadas horas un corzo, al que hemos seguido sus idas y venidas en la arena de la orilla. Quizá se acercó a beber muy de mañana. Sus pequeñas pezuñas era muy claras pese a no quedar grabadas en barro. No dejaban lugar a dudas tampoco las huellas de ciervo que aparecían por el camino próximo porque su mayor tamaño las diferenciaba. También las aves dejaron claramente marcas de su estancia.
Las que no quedaron suficiente claras fueron las de una garduña o una marta. No eran lo suficientemente bien definidas para saberlo con rotundidad. Eso sí, definitivamente eran de un mustélido.
Pero lo que no hemos encontrado ésta vez, son rastros de nutrias que por fortuna están recuperándose y volviendo a dar vida a nuestros ríos. Otra vez será, otra disculpa para que otro precioso día volvamos a explorar las riberas del río.



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