miércoles, 16 de noviembre de 2011

Encuentro con la tradición bereber

Del siglo pasado (3)
Fue un agradable encuentro, una grata sorpresa al volver a Imlil. Descender del Atlas y encontrar tantos bereberes venidos de los cuatro puntos cardinales del país en aquel pueblecito resultó sorprendente. En las afueras de la aldea habían formado un gran campamento y las danzas y los canticos se sucedían todo el día. Un semicírculo de mujeres con vestidos de vivos colores cantaban a coro. Enfrente, una línea de hombres con chilabas blancas danzaban en monótonos ritmos hacia delante y hacia atrás al son de las canciones. Todos acompañaban algunos estribillos con palmas. En el centro, los músicos ponían la percusión tradicional. Alrededor de todos, cientos de bereberes disfrutaban del espectáculo, escuchaban durante horas y participaban de la fiesta.
A un lado una pequeña fogata permanecía encendida y, de vez en cuando, algún músico se acercaba para afinar el tambor o el pandero con su calor. Los canticos resonaban por todo el valle, más allá de la aldea, por los alrededores yermos y las laderas de las montañas.
Un extraordinario acontecimiento que, sin duda, quedó grabado de una forma especial entre los recuerdos de este viajero, entonces joven e inexperto, y que, seguramente, influyó en el interés posterior por conocer otras gentes y otras costumbres.
       (Fotografías realizadas en septiembre de 1978)

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