Hace tiempo que estaba recopilando las fotos de este “post” y había preparado parte del texto. Al final no tengo la foto de todos y va a ser que “son todos los que están, pero no están todos los que son”. Ellos saben a quién me refiero y sabrán perdonarme la ausencia de su retrato. Mientras, en el quehacer cotidiano, seguía coincidiendo con ellos. Con ellos y con más fotógrafos, o lo que sean algunos que llaman más la atención con su cámara en ristre que los propios protagonistas de la noticia.
Claro, así destacan los fotoperiodistas, discretos, atentos al detalle, pendientes de la expresión, del gesto, escudriñando la escena, buscando el ángulo que más narre el acontecimiento, que más información aporte; eso sí, sin alterar la escena, sin influir en la pose, sin que los protagonistas alteren la compostura. Con el dedo preparado en el disparador, analizando el encuadre, prestos para captar el instante, la fracción de segundo más descriptivo, y pasando lo más desapercibido posible –que hable la imagen.
Tenía que dedicarles un hueco en mi blog… son muchos años compartiendo el día a día… desde los tiempos del blanco y negro cuando en el oficio apenas éramos cuatro pelagatos, sobre todo los gráficos de televisión, de la única televisión. Y es que ¡tienen tantas tablas en la información diaria! y, de vez en cuando, algún suceso, alguna noticia de repercusión nacional,… pero siempre con el ojo y el dedo preparado. Siempre buscando algo diferente en la foto de cada día realizada en los mismos lugares y con los mismos personajes. Siempre intentando contar lo máximo en una sola foto, contando toda la historia en cada toma, resaltando los detalles y abarcando todo el escenario de cada noticia.
Muchos años archivando para el futuro la cara de la historia, guardando en imágenes el hoy para cuando la actualidad ya sea del pasado, para que, dentro de mucho tiempo, se pueda ver a todo color lo que cuente del ahora la historia.