lunes, 26 de marzo de 2012

Colgado de la peña

Que las aguas del río Urdón están limpias lo evidencia su transparencia, que las pozas bajo los puentes invitan al baño salta a la vista; pero que su temperatura  es muy fría se adivina por su procedencia del deshielo. Surgen abundantes de la Cueva del Agua, aunque los espeleólogos ya descubrieron que en realidad bajan de las mismas cumbres del Macizo de Andara a través de una profunda torca, la que denominan “Sima 56”.


Pero el río se olvida según se va perdiendo su rumor en el constante zigzagueo  que obliga el camino para encaramarse en la peña. Por el Mirador de Pilatos las nieves del Macundio parecen estar muy cerca aunque aún quede desnivel por salvar a base de pendiente, vueltas y revueltas.





Al divisar el pueblo de Tresviso, uno ya ha perdido la cuenta de lo que ha subido y se siente por encima del mundo, pero la presencia de ovejas pastando nos recuerda que estamos en la comarca donde se elabora, curado en cuevas, el singular queso “Bejes-Tresviso”, autentico manjar fruto de los Picos de Europa y del buen hacer de sus gentes. Setenta vecinos están empadronados, pero tan sólo una veintena viven allá arriba todo el año.


Cuando por la tarde se deshace el camino, las paredes calizas ocultan pronto el sol y la senda, asomados al abismo, se dibuja espectacular muchos metros más abajo.


(24 de marzo de 2012)

domingo, 18 de marzo de 2012

Camino del Toral

Abajo fueron quedando  las vegas que riega el Saja allá por Mazcuerras.  Camino del Castro Cerezo el camino se puso “pindio” mientras atravesamos un pinar, superando Trambarría y el Caserío de Bustarredondo.

Caminamos después entre dos aguas, “cresteando” sobre Ucieda y siguiendo la alambrada que separa los pastos de Cabuérniga y Mazcuerras y Coo de Buelna, límite también del Parque Natural del Saja. Por allí nos alcanzaron otros excursionistas a golpe de pedal. 

Mas arriba, por Cotero Lobo, avistando ya el Toral, las nubes avisaron del cambio de tiempo. Pronto cambiaría el aire y llegaría la lluvia, echada ya de menos por estos lares a tenor de la sequedad y dureza del suelo. En el horizonte,  las nieves del Cueto de  la Concilla se divisaban en primer término y detrás, separada por Sejos, la Sierra del Cordel.  El Cueto de la Horcada parecía contener las nubes sobre Braña Vieja mientras otras, llegadas del oeste, intentaban tapar la Sierra de Peña Sagra. Vestigios de un  invierno escaso cuando ya florece la primavera.



Durante el descenso hacia el Collado de la Cruz, se divisa enfrente la Sierra del Escudo de Cabuérniga y Ucieda -de Arriba y de Abajo- a “tiro de piedra”.  Un rato más tarde, y apurando un poco el paso por la amenaza de lluvia, divisamos bajo nosotros el pueblo de Cos y las vegas que por Vernejo y Cabezón de la Sal llegan hasta el monte Corona.



                        Fotografías realizadas el 17 de marzo de 2011

domingo, 11 de marzo de 2012

Los regalos de la bahía

Siglos llevan los habitantes de la ribera de la bahía acudiendo en la bajamar a recolectar los frutos del fondo marino.  Y cada día, aunque la superficie que ocupa haya disminuido considerablemente, sigue la bahía regalando chirlas, amayuelas, verigüetos, muergos,… y cada día los mariscadores se agachan localizando con habilidad las presas ocultas.




También, pie a tierra o en barcas, con caña o aparejo, los pescadores prueban suerte con la amplia variedad de peces –descartados, claro, los mules y los chaparrudos- o, en temporada, el apreciado cachón.



Mientras, sobrevuelan y se nutren en el mismo lugar las gaviotas, cormoranes, porrones, garcetas,… y hasta un nutrido grupo de cisnes que de un tiempo a esta parte han establecido en éstos lares su hogar.

martes, 6 de marzo de 2012

Esperando las musas

“Que las musas te encuentren trabajando”, decía. ¡Ja! Horas llevo frente al teclado con cara de concentrado y observando de reojo a ver si aparecen y… ¡nada! Será que solamente inspiran a los que saben escribir y yo, ingenuo,  solo pongo una palabra tras otra.
Aunque digan que de noche todos los gatos son pardos, tanto buscar inspiración he descubierto una incipiente telaraña en el techo, afortunadamente al alcance de mi escoba. Además, como dice la canción, se me ha pasado por la cabeza lo de la mano de pintura. Quizá la semana que viene.
También busqué -inspiración- por la ventana, pero en una noche tan oscura… la luna no estaba y la campana tan quieta y muda, negra y temerosa silueta, no me dijo nada, ni triste a sepelio, ni alegre festivo.
Total que así me pilló el amanecer, con la mirada perdida y la mente distraída.  Por fortuna dejó de llover. Y se me alegró el ánimo. El nuevo día me lo agradeció dando unos brochazos –no al techo que tengo que pintar- sino al cielo y de colores. Parece que empezamos bien. Serví fruta por si al fin llegaban las invitadas, por eso de ser bien educado. Pero la inútil espera continuaba y la pantalla se apagó sola por inactividad.
Decidí olvidarme de las musas y hacer algo de provecho.  Hice la colada y la tendí, había que aprovechar que cesó la lluvia. Con tanta humedad se han regado los prados y han proliferado los líquenes y los hongos en los troncos. Pronto llegará la primavera. Entonces, mis plantas volverán a brotar y las macetas lucirán esplendorosas.
Bueno, me vuelvo a sentar frente al teclado. A ver si por fin encuentro tema para un post. Y sobre todo a ver si hago unas fotos decentes para ilustrarlo. Si lo consigo, lo veréis en mi blog.

Esta mañana (6 de marzo de 2012)

Foto: Laro del Río


Foto: Laro del Río



Foto: Laro del Río

Foto: Laro del Río