domingo, 11 de marzo de 2012

Los regalos de la bahía

Siglos llevan los habitantes de la ribera de la bahía acudiendo en la bajamar a recolectar los frutos del fondo marino.  Y cada día, aunque la superficie que ocupa haya disminuido considerablemente, sigue la bahía regalando chirlas, amayuelas, verigüetos, muergos,… y cada día los mariscadores se agachan localizando con habilidad las presas ocultas.




También, pie a tierra o en barcas, con caña o aparejo, los pescadores prueban suerte con la amplia variedad de peces –descartados, claro, los mules y los chaparrudos- o, en temporada, el apreciado cachón.



Mientras, sobrevuelan y se nutren en el mismo lugar las gaviotas, cormoranes, porrones, garcetas,… y hasta un nutrido grupo de cisnes que de un tiempo a esta parte han establecido en éstos lares su hogar.

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