lunes, 14 de mayo de 2012

Y el Cielo bajó a la Tierra



Entre dos aguas, las del Deva y las del Nansa, donde se junta la Peña Ventosa y la Sierra de las Cuerres para iniciarse el cordal de la Sierra de Peña Sagra, está el collado de Pasaneu. A más de 1.300 metros sobre el mar para alargar el horizonte y rozar el cielo. Una charca, donde abrevan las vacas y los caballos que pastan el lugar, marca el sitio y la bifurcación que lleva a las antiguas minas de blenda que llaman de Arceón y al espectacular bosque de tejos que da fama al lugar.




Pero para llegar allá arriba por el valle de Bedoya, desde San Pedro, hay que subir por el que fuera, según cuentan las viejas crónicas, el Camino Real a Liébana, uno de los difíciles accesos a la comarca antes de construir, en 1850, el actual camino del Desfiladero de la Hermida.



Por la fuente y el puente Vao, por el Robledo, Prao Toro y el humilladero del Sagrado Corazón no cesa la pendiente hasta alcanzar Taruey y dejar atrás el frondoso bosque de hayas, robles, acebos… Una cabaña de piedra y un refugio ganadero moderno son la referencia para no confundir la ruta si, como en esta ocasión, el cielo decide bajar a la tierra y las nubes cubren el paisaje borrando los relieves y convirtiendo en siluetas a las personas.




¡Qué duro debió ser, siglos atrás, el trasiego de los carreteros por estos altos en la largas invernadas!
          (Fotografías realizadas el 12 de mayo de 2012)

1 comentario:

  1. Tus fotos son preciosas. Es una zona que me encanta - pienso subir a Ventosa la próxima vez que ande por allí, y está la Sierra de Peña Sagra a mano desde Taruey también.... Que suerte tener tantos sitios tan bellos relativamente cerca. ¡Ojalá hubiera más tiempo disponible!

    ResponderEliminar