viernes, 31 de agosto de 2012

Recuerdos de verano

Recuerdos de un día de verano son estas fotos rescatadas de un antiguo archivo de negativos. Fotos realizadas con una pequeña cámara compacta no réflex (Canon DEMI EE17) y negativos de medio formato que , además, han sufrido las consecuencias del paso del tiempo.
Recuerdos de un sueño de adolescente cumplido, cuando, por primera vez y con sólo quince años, llegar a una cumbre de Picos de Europa escalando una de sus paredes era un reto y un anhelo.
Recuerdos de cómo se escalaba entonces –no se usaban arneses, ni descensores para el rapel y aún no se habían inventado  los “pies de gato”- con una imagen más parecida a los pioneros del alpinismo que a los actuales escaladores.

Aguja de la Canalona (Macizo Central de los Picos de Europa)










En la cima de la Aguja de la Canalona el 2 de julio de 1976

Del siglo pasado (14)

Este apartado se ilustra con las imágenes obtenidas durante el proceso de digitalización de los originales.

viernes, 24 de agosto de 2012

Dormir en el infinito

Lago de Lloroza



De vez en cuando una ráfaga de viento agitaba levemente la funda de vivac mientras contemplaba el cielo tumbado en mi saco de dormir. Hacía mucho tiempo desde mi última noche al raso y tenía muchas ganas de volver a dormir en el infinito. No podíamos haber elegido una fecha mejor. Una noche completamente despejada y con una agradable temperatura pese a estar a 2000 metros de altura, lejos del bochorno que había traído al valle la ola de calor.
En el firmamento no cabía una estrella más. Cuanto más contemplaba el cielo, mas puntitos brillantes aparecían. La Vía Láctea, como un reloj de una única aguja, fue marcando el paso de las horas al ritmo de la rotación de la tierra mientras las altas cumbres que nos rodeaban ocultaban poco a poco la Estrella Polar. ¡Lástima de no tener un trípode! ¡Imposible hacer un foto con larga exposición con la cámara sobre una piedra!


¡Lástima de trípode para fotografiar las estrellas!


Las luces intermitentes de las alas delataban los vuelos nocturnos, siempre con la misma dirección, y, a veces, los veloces resplandores de los satélites se cruzaban en su trayectoria… de repente ¡Una estrella fugaz!
Noche de silencio y de aire trasparente. Noche para contemplar. Noche para no dormir…
Cuando la claridad diluyó las estrellas, el Lucero del Alba brillaba ya sobre las Agujas de Tajahierro. Venus había recorrido el arco celeste desde el oeste, al atardecer, cuando apareció sobre Torre Altaiz. Amaneció y se hicieron visibles los caminos que ascendían hacia las cumbres, hacia el corazón de Picos. Se fueron las tinieblas para que hiciéramos camino y nos sorprendió el sol por las alturas, donde el horizonte se aleja y se agranda y donde se hacen más pequeños los gigantes de piedra.

Las Agujas de Tajahierro al alba






Ascendiendo al Pico Tesorero


El Pico Santa Ana, la Aguja de la Canalona, Peña Vieja y la Cordillera Cantábrica desde la cumbre del Pico Tesorero

El "Techo de Picos", Torrecerredo (2.648 metros), la máxima cota de Los Picos de Europa

martes, 21 de agosto de 2012

La ruta imposible...

... se hizo posible.


  El Pico Urriello fotografiado el 19 de agosto de 2012 desde la cumbre del Tesorero. El perfil izquierdo corresponde a la cara oeste. Se aprecia la zona por donde dicurre la mayor parte, y más dificil, de la vía Rabadá-Navarro


El 21 de agosto de 1962, hoy hace cincuenta años, la cordada formada por los escaladores  aragoneses Alberto Rabadá Sender y Ernesto Navarro Castán, culminaron con éxito la primera escalada por la cara oeste del Pico Urriello (Naranjo de Bulnes). Tras cinco días de esfuerzo en un muro de aspecto inaccesible de 500 metros de altura, abrieron la vía que marcaria un antes y un después en el alpinismo hispano. Escalaron la pared “más hermosa y formidable que hasta la fecha hemos conocido”, dejaron escrito en la cumbre tras la histórica ascensión. Superaron un reto que, vencidas ya todas las grandes paredes de nuestras montañas, permanecía desafiante y que en algunas publicaciones especializadas habían planteado como “la ruta imposible”. No fue casual que Rabadá y Navarro fueran los artífices de tal hazaña y que su ruta, aún hoy en día, ostente gran prestigio en el mundo del alpinismo. Sus “primeras” en Pirineos y Mallos de Riglos  ya les habían  proporcionado un notable reconocimiento del montañismo. Su fallecimiento un año después durante el intento de escalada de la cara norte del Eiger, en los Alpes, supuso la pérdida de una de las mejores cordadas del siglo XX.

Alberto Rabadá y Ernesto Navarro
“El Picu”, como llaman a ésta montaña en Bulnes, de 2.519 metros de altitud, no es de las cumbres más altas de los Picos de Europa, pero su silueta y su inaccesibilidad –es necesario una escalada para acceder a su cima por cualquiera de sus laderas- hacen de ella una montaña singular y de gran atractivo para los escaladores.


               Cántabros
Un escalador santanderino estuvo a punto de formar parte de aquella extraordinaria cordada. Rodolfo García Amorrortu propuso a Alberto unirse a ellos para la escalada durante un viaje de reconocimiento previo en el que le acompañó, pero los aragoneses, una cordada muy compenetrada, ya tenían todo preparado para dos. De regreso, triunfantes de la cumbre y antes de su regreso a Zaragoza, los maños celebraron el éxito con su amigo Rodolfo en su casa de Santander.
Pero el sueño de Amorrortu de escalar aquella esbelta pared se mantuvo durante años, pese a haber alcanzado en diecisiete ocasiones su cumbre por otras vías. “Fofo”, instructor de esquí y de escalada de varias generaciones de cántabros, vio cumplido su sueño a sus 57 años, en 1984.



La primera escalada cántabra de la Rabadá-Navarro no se efectuó hasta 1976. Fueron los escaladores campurrianos Juan Manuel García Acinas (Mel) y Miguel Ángel Ibañez Zubizarreta (Yoni)  los días 26 y 27 de junio empleando 28 horas efectivas de escalada. Como los aragoneses, Mel y Yoni formaban una de las mejores cordadas de nuestra región y  contaban con un gran historial en los Picos de Europa y los Alpes. Mel falleció en la Fuente del Chivo (Braña Vieja), junto a otros dos compañeros trabajadores de Cantur, al despeñarse el todo terreno por causa del viento en diciembre del año 2000.


Las escaladoras Marisa Torralvo Iglesias  y Merche Arnilla Romero se convirtieron a su vez en las cuartas mujeres, y primeras cántabras, en escalar esta vía al ascenderla en septiembre de 1979.

En la Vega de Urriello, base de la pared,
el 5 de septiembre de 1975

lunes, 13 de agosto de 2012

Esperando la luna


Cae la noche sobre la arena huérfana ya de cuerpos dorándose y tatuada de mil huellas. Se oscurecen los urros que resisten altivos cada golpe de ola, una y otra vez, anclados en la frontera entre la tierra y el mar. El silencio se esparce ya por la orilla mientras espera la ilumine un rayo de luna, si es que esta noche tiene a bien salir. De lado a lado, grano a grano, a cada paso se apaga la luz y se encienden las sombras. Pasos que sobre las rocas se paran a descansar. A esperar. ¡Sal luna que te quiero ver!






¡Sal luna que te quiero ver!
               Fotos realizadas el día 12 de agosto de 2012 en La Arnía

sábado, 11 de agosto de 2012

Horizontes robados

El verdadero viajero, al igual que el lugareño buen conocedor de su tierra, mira cada mañana al cielo. Mira si lucen cirros o amenazan oscuros nimbos, observa si sopla el levante o el poniente, y es que no es lo mismo andar los sitios con paraguas o con sombrero.

Peninsula de La Magdalena (25 de julio de 2012)
Sabíamos todos que por estos lares que habito, el clima está condicionado por la proximidad del mar a la cordillera, y eso hace que la humedad del Cantábrico no pase a la península y termine regando el paisaje. Así está siempre tan verde. También conocíamos que en días estivales aparecían nieblas costeras algunas mañanas y que, generalmente, desaparecían por las tardes. Y lo dice el saber popular: “mañanas de nieblas, tardes de paseo”.

Bahía de Santander (25 de julio de 2012)


Hoy he conocido el fundamento científico de éste fenómeno. Un “hombre del tiempo”, no de los que salen por la tele sino de los que, día a día, interpreta datos y mapas para adelantarnos “lo que hará mañana”, nos ha dado la explicación. Cuando sopla el nordeste varios días seguidos, ese viento que despeja los cielos y permite disfrutar de la playa, desplaza la capa superficial del agua del mar, más cálida, lejos de la costa y su lugar es ocupado por agua profunda, más fría, y que provoca la concentración de niebla. Esto ocurre especialmente en la costa asturiana y cántabra, no así en la costa vasca ya que, al estar en el interior del Golfo de Vizcaya, no hay desplazamiento y el agua permanece más caliente.




Así que ya sabemos también, al menos yo ya lo sé, que de mayo a octubre, tras varios días seguidos de nordeste, no es de extrañar que durante varios días nos roben el horizonte las nieblas mañaneras.

Últimas fotos: Bahía de Santander, en Raos (10 de agosto de 2012)

lunes, 6 de agosto de 2012

Viaje al Campo de las Estelas



Por Castilla siguen el rumbo de la Vía Láctea, siempre en dirección este-oeste. Por la ruta del norte, muchas noches son nubladas como los días y no se ven las estrellas. En bicicleta o a pie, a veces en solitario, de pueblo en pueblo, haciendo camino, rememorando los tiempos en los que en un día no se llegaba al destino, cuando el camino siempre tenía inexorablemente varias etapas, demasiadas veces, penosas etapas. Caminantes, viajeros… convertidos en peregrinos por el hecho de ir, como lo hicieran muchos cristianos durante siglos, hacia el “Campo de las Estelas” (Compostela), el rincón de Galicia donde está enterrado Santiago. Para los del lugar son sólo gente que como llega se va. Transeúntes a los que ven pasar. Viandantes que de tanto pasar convierten el camino, la familiar carretera local, nada menos que en etapa del Camino de Santiago, y hacen que el nombre de su barrio y de su pueblo figure en guías escritas en varias lenguas.