viernes, 15 de agosto de 2014

Lo que las nubes dejaron ver



A veces, cuando las nubes bajan al suelo, encaramarse al cielo desde la cumbre de una montaña y contemplar un mar de nubes es toda una recompensa para los osados que subimos hasta allí,  privilegio que resulta, al menos, reconfortante. Ver descender durante el día la nubosidad que oculta el valle y, al caer la tarde, contemplar como asciende por las laderas, produce un sosiego inspirador, una invitación a la mera contemplación.
Otras veces, por muy alto que subas, las nubes lo cubren todo, envuelven a personas y  paisaje, borran por completo el horizonte y nos impiden ver los espacios vacios  y las líneas que dibujan los relieves. Cuando, de repente, se rasgan los nubarrones y se abren como el telón de un teatro, el paisaje aparece por sorpresa, con fuertes colores, con claroscuros de sombras, de las propias sombras que produce el celaje. Entonces, entre las brumas, las crestas rocosas y las cimas parecen mas altas, los desniveles parecen alargarse, nos sorprenden los pequeños detalles  y el paisaje se muestra mas espectacular.
 



Cuando las nubes se abren en el Valle del Duje, se puede divisar el pueblo de Sotres





Macizo Oriental, Sierra de Peña Sagra (al fondo) y Peña Vieja
 


 
Picos de Santa Ana, Tiro Navarro, La Mora,  Pico Urriello y Peña Castil.
Al fondo, Torrecerredo, la cota mas alta de los Picos de Europa.
 


En el centro, el anfiteatro de la cara sur del Pico Urriello.
 


Peña Castil
 


Torrecerredo y Los Cabrones. Abajo, el Hoyo de Los Boches.
 


Mª Ángeles, Fernando, Fonso, Toño y Pedro en la cima de Santa Ana.
 


Paisaje lunar: sumideros en el fondo del Hoyo de los Boches.
 


 
Fotografías realizadas el 9 de agosto de 2014
 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Hielo en el desierto


Es necesario remontar la larga Canal de Fresnedal, desde la Vega de Sotres hasta el Collado de Camburero, y su continuada pendiente para acceder a la Cueva de Hielo. Desviándose en el collado de la ruta hacia la cumbre del Peña Castil, sin apenas perder altura, se encuentra la cavidad que mantiene inalterable en su interior todo el año una enorme capa de hielo. La inversión térmica que se produce en aquel lugar, provoca que el aire caliente no baje nunca a su interior y, a su vez, el propio hielo enfría el ambiente, manteniéndolo verano tras verano. Este fenómeno térmico bastante habitual, en los “Jous” de Picos puede provocar bajadas de temperaturas superiores a 30 ° -incluso bajo cero- en lugares que distan muy pocos metros. Encontrar en plena canícula y en un “desierto” de rocas calizas un lugar helado no deja de ser un agradable descubrimiento, calcular la antigüedad del hielo mas profundo puede llevarnos a tiempos remotos que no podemos imaginar.






















 











Fotografías realizadas el 12 de julio de 2014