miércoles, 10 de septiembre de 2014

A los Cuatro Vientos



Imposible ir mas al norte por tierras asturianas, aunque el Cabo de Peñas adentra la tierra en el mar tanto que, cuando se llega al borde del acantilado, hay que volver la vista hacia atrás, a un lado y al otro, para otear la línea de costa. Una costa plagada de islas e islotes, de puntas y playas, altos acantilados, ensenadas y playas. Un lugar sin duda complicado para navegar, aún está reciente el recuerdo del último naufragio,  donde La Herbosa y El Pegollo son la referencia que los patrones rodean, si vienen de poniente, para enfilar sus embarcaciones hacia la Punta de la Vaca y llegar de arribada a Luanco. No es de extrañar que desde antiguo se hicieran hogueras para señalizar el lugar, antecedentes del faro que ahora se yergue en lo alto desde el siglo XIX. Paisaje singular y espacio protegido por su riqueza geológica,  arqueológica y con especies animales y vegetales características del hábitat costero, supervivientes de una vida expuesta al salitre, a las galernas y a los Cuatro Vientos que señala la veleta en lo mas alto del faro.
 





















 
 
Fotografías realizadas el 7 de septiembre de 2014

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