viernes, 15 de mayo de 2015

30 años después


Allá donde se cruzan los caminos… decía el poeta. Y lo convirtió en canción, en todo un himno de una época. Y allí se siguen cruzando los caminos. Treinta años después, sigue manteniendo, en esencia, el mismo carácter,  la misma personalidad que en aquella década, persevera de sobredosis y atentados; pero esperanzada de juventud, de anhelos y proyectos, de creatividad y ganas de vivir. Esa esencia se sigue manteniendo en el paisaje, con otra estética mas actual, pero continúa respirándose en sus calles y adivinándose en los ojos de la gente. Y el paisanaje variado y pintoresco, visitante y castizo, de paso y oriundo, sigue manteniendo el mismo carácter. Eso sí, mas colorido, con mas acentos diferentes, con las mismas historias de supervivencia y lucha aunque ya no vengan de provincias diferentes, sino de otros continentes, aunque no huyan como entonces de las miserias sudamericanas y lo hagan ahora de las africanas. Porque Madrid sigue siendo el punto de encuentro y desencuentro. De amores y desamores. Laberinto de pasiones. Meta de curiosidades y salida de decepciones. Sigue siendo, sin duda, la urbe repudiada y reverenciada.

He vuelto a pasear sus calles, a explorar –esta ciudad si se va con ojos de descubrir siempre te sorprende-, a re-descubrir plazas y calles. Y es que, hoy hace 30 años que incorporé mi senda en ese cruce de caminos.















 Fotografías realizadas el 19 de abril de 2015



2 comentarios:

  1. Una invitación al recuerdo "¿Dónde estuvimos hace 30 años?" En mi caso en Sevilla, viviendo encima de una panadería - siempre hay puntos de conexión.

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  2. Yo repartía pan integral por Madrid y alrededores con una furgoneta tres días a la semana. Entretanto estudiaba televisión, veía mucho cine y me imaginaba secuencias y guiones...

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