A los que nos apasiona sumergirnos en las cavidades
subterráneas e iluminar la explosión de formas y colores, siempre nos emociona
contemplar la multitud de tonos y matices que, suponemos, resultado de los
múltiples coloreados de las filtraciones del agua en su recorrido por el
subsuelo. Adivinamos la existencia oculta de óxidos y minerales, carbones o
arcillas que aportan cada color, cada matiz que luego tiñen paredes y estalactitas,
creando algunos rincones espectaculares difícilmente imitables por un
habilidoso pintor. Imaginamos esos materiales profundos por los restos que
dejan en las gotas de agua, pero nunca podemos contemplar sus tonos, allá
enterrados en la profundidad, escondidos en las entrañas de los diversos
estratos.
Por eso, las minas a cielo abierto, las escombreras de
ciertas minas, nos descubren esas variaciones de color, ese universo de
tonalidades que permanecen escondidos bajo nuestros pies. Las enormes
excavaciones a cielo abierto de la Minas de Riotinto, necesitan apilar en
enormes montañas todo el material inservibles resultado de su actividad minera.
Panorama sin vida, horizontes áridos, paisaje de color.
Onoba 2
Fotografías realizadas el 29 de junio de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario