Si tocas el agua, las manos desprenderán luego un
fuerte olor metálico y deberás tener mucho cuidado de no tocarte los ojos. Y es
que ya nos lo advirtieron los fenicios llamando Ur-yero –río que arde- al que
hoy conocemos como río Tinto. Así que desde tiempos inmemoriales ya se sabe que
no es contaminación consecuencia de la extraordinaria explotación minera de la
zona, sino que ya nace con alta acidez y con metales y azufre en su corriente.
Hoy sabemos también que no son los metales que se hayan en el subsuelo donde
nace lo que le da ese característico color, sino los microorganismos que viven
en su cauce. Por esto la Agencia Espacial Americana (NASA) estudia el río
tratando de averiguar las condiciones y el tipo de vida que pudo existir en
Marte antes de secarse los ríos.
Cuando los romanos empezaron a explotar el cobre,
la plata y el oro de la zona fundaron el pueblo de Urium, precisamente por el
nombre de ese río –Urbero- y que con el tiempo se llamó Riotinto, actualmente
tragado por el cráter de la mina a cielo abierto y la gigantesca escombrera.
Muy cerca de allí se creó otra población con el mismo nombre que presume de ser
la cuna del fútbol español. En efecto, allí se jugó el primer partido del
recién inventado deporte entre los trabajadores ingleses y españoles de la mina.
Onoba 3
Fotografías realizadas en junio de 2015
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