No se puede decir que se ha estado en Oporto sin haber
visitado la estación de San Benito y disfrutar de su decoración de azulejos.
Una estación sencilla y no demasiado grande pero de un encanto especial. Aunque
he de confesar, que en San Benito como
en otras estaciones –en ésta ocasión visité la moderna de Tridade- siempre reclama mi consideración el ajetreo de personas, el bullicio, el ir y venir de almas en
su apresurada rutina cotidiana. Pero me
llama poderosamente la atención que los andenes, contrariamente a su animación
tanto de día como de noche, son lugar de meditación, de paciente espera, de
entrañables despedidas o alegres reencuentros. Amores que no quieren separarse,
amores que por fin se juntan, pensamientos que animan a que el reloj marque la
hora, música que oculta el murmullo…horarios, maletas, trenes…
https://es.wikipedia.org/wiki/Estaci%C3%B3n_de_Porto-S%C3%A3o_Bento
Cale (2)
Fotografías realizadas en septiembre de 2015
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