Gruesos muros de granito se elevan en cada planta hasta
alejar desmedidamente los techos. Frías estancias donde imaginamos siluetas
caminando en rutinarios e interminables paseos de una pared a otra. Un diminuto
patio interior, con techo de hierro y vidrio, da acceso a los habitáculos a través de
enormes y pesadas puertas de gruesos barrotes. En cada sala, cada ventana,
filtra las vistas atravesando dos rejas de hierros del tamaño de un brazo.
Entre ellas se ve la ciudad, visión tan cercana, casi se puede tocar con la
mano, y tan lejana en el tiempo, eterna para el reo al que los días le pasan
tan lentos. Las escaleras de acceso a las plantas superiores, de escalones
desmedidos, se encaraman entre puertas de rejas hasta la sala de juicios y la
sala de las mujeres. Antigua cárcel de
Oporto.
Hoy, como un símbolo, las rejas interiores de las ventanas
han sido arrancadas de cuajo, con violencia, llevándose incluso parte del muro
de granito como un grito de libertad. Ahora sólo permanece entre rejas el
Centro Portugués de Fotografía y en el, entre exposiciones y un basto fondo bibliográfico, una amplísima
colección de cámaras fotográficas de todas las épocas, tamaños, marcas y
formatos que sorprende, no sólo a los aficionados, sino también a los curiosos
que lo visitan.
http://www.cpf.pt/
Cale (1)
Fotografías realizadas en septiembre de 2015
Preciosas!!
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