Recibido ya el libro de fotografías -por cierto, antes del
plazo máximo que nos habían dado- pasamos a comentar nuestra opinión tal y como
nos habían pedido.
Me decidí para esta ocasión por un libro de tapa dura no
acolchada, tamaño DIN A4 vertical e impresión en mate que finalmente contiene
118 páginas –el máximo es de 120-. A primera vista la apariencia es espléndida,
mas que un álbum fotográfico aparenta el tomo de alguna edición comercial.
Llama la atención, ya desde el momento de diseñarlo, que nada mas abrir las
tapas entramos en materia, ya empieza con fotos; es decir, carece de guarda,
esa hoja en blanco de los “libros convencionales” y de portada. Esto nos
permite aprovechar mas la impresión o ahorrarnos páginas extras. Así que, quien
quiera darle ese aspecto de libro “de imprenta” tendrá que hacerlo al diseñarlo
dejando la página en blanco y agregar texto o foto.
Elegí este modelo porque quería hojas flexibles pese a estar
cada una formada por dos papeles fotográficos
pegados para unir, sin corte central, y no cortar la imagen al abrir la doble páginas. No me ha
defraudado, pero a mi me gustaría, si algún día fuera posible, mejorar esa
flexibilidad, acercándonos mas al tacto de libro, consiguiendo sin perder
calidad de impresión un papel más fino.
La doble hoja sin corte central, y sin cosido al encuadernar,
obliga a una confección a base de pegado en la que naturalmente depositamos nuestra
confianza. El tiempo y el uso de cada libro nos dirá si el método es duradero.
Por lo demás, nada que alegar porque el sistema de diseño es
sencillo, de fácil inclusión de textos –aunque yo en esta ocasión he
prescindido de ellos-, las plantillas –según
mi opinión- son variadas, con numerosos fondos, colores, enmarcados… y fácil de
gestionar e enviar vía Internet. Eso sí,
hay que tener en cuenta que, además de buenas fotos, el acabado final siempre
depende de la creatividad y buen gusto que tengamos para diseñarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario