jueves, 18 de agosto de 2016

Y como siempre, al norte, el mar


Si no es desde las alturas, es imposible contemplar la magnitud de los Puertos de Áliva porque a ras del suelo su geografía ondulada no permite ver lejos y divisar sus confines; además, para recorrerlos a pie, de un extremo a otro, es necesario emplear mas tiempo del que puede parecer.
De todas las cimas que rodean estas praderías de los Picos de Europa, el mejor mirador para descubrir detalladamente y en toda su extensión estas brañas es el Pico Cámara, en el Macizo Oriental, porque su modesta altura permite percibir relieves que desde otras cimas mas altas se vuelven planos e indefinidos. Los caminos que lo recorren se antojan entonces como trazos que rasgan un lienzo antes que las nieves invernales lo conviertan en una inmensidad inhóspita.
Además, el Valle de Liébana y la Codillera Cantábrica apenas se esconden tras las crestas de Cumbre Avenas y el Macizo Central, especialmente las laderas que descienden hacia el Duje, muestran la magnitud de sus desniveles. Y como siempre, para deleite los que osamos encaramarnos a estas cimas, al norte siempre se ve la franja azul del mar.






















Fotografías realizadas el 6 de agosto de 2016

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