miércoles, 26 de octubre de 2016

Por los barrancos del Dulla
















 La Puerta del Dulla

El río Nela, que nace de las nieves pasiegas de Matanela, y sus afluentes el Engaña, Mea, Dulla y Mata, han tallado siglo a siglo las calizas  de Sotoscueva, en las merindades burgalesas, para crear un relieve peculiar. Una orografía agreste, de laderas escalonadas y peñas verticales, con profundos barrancos e innumerables cascadas en el deshielo que configuran un espectacular paisaje que ofrece atractivos recorridos. Ya sea por crestas rocosas sobre amplios valles o sumergiéndose en estrechos cañones, con una vegetación variada en función de cada hábitat, recorrer estos horizontes, cambiantes en cada estación, resulta todo un aliciente para el caminante. Descubrir los multiples rincones de Peña Maza, Paño y Dulla, partiendo del pueblo de Puentedey –con su llamativa ubicación sobre una peña horadada- y retornar por Quintanilla de Valdebodres, es también evidenciar la riqueza paisajista, geológica y medioambiental de esta zona de la montaña burgalesa.






























 Fotografías realizadas el 22 de octubre de 2016



domingo, 2 de octubre de 2016

A una siesta de distancia






























Desde que entre nubes divisamos la ría de Mogro y la playa de Valdearenas al despegar, hasta el aterrizaje en el aeropuerto de Lisboa transcurre una siesta. Una siesta como la que disfrutó el bebé de siete meses que viajaba en brazos de su madre – cántabra residente en Lisboa- en el asiento anterior al nuestro. Una hora de vuelo, por las ocho horas de viaje que necesitaban antes madre e hijo para visitar a su familia ¡Que se mantenga por mucho tiempo! deseamos al despedirnos. Deseo que compartimos por ella y por los que, de vez en cuando, nos gusta volver a pasear calles y rincones lisboetas. Y es que esta ciudad, ahora en proceso de evolución, sigue manteniendo ese aire nostálgico y decadente de las que fueron capitales de un imperio marítimo y colonial. Una vez mas, por sus calles se me olvida que recorro una capital europea para sentir el calor y la tranquilidad de la vida de barrio y la sencillez de sus gentes. Los aires capitalinos, que también los hay, no acaparan en exclusividad protagonismo para el viajero y nuevos aires creativos, sociales, gastronómicos… van surgiendo aquí y allá para complementar y enriquecer la ciudad, para dar nueva vida a sitios y locales abandonados. Por eso yo quiero volver, en dos o tres años, para ser testigo de esa evolución y disfrutar de la vieja/nueva Lisboa.

Ría de Mogro y playa de Canallave























 Puente de Vaco de Gama, Parque de las Naciones y aeropuerto de Lisboa























 Vista general de Lisboa





















 Belém: Monumento a los Descubrimiento, Monasterio de los Jerónimos y Centro Cultural

















































Fotografías realizadas en septiembre de 2016