viernes, 30 de junio de 2017

Camino


Cada nueva etapa que se inicia en la vida implica un grado de compromiso, de ilusión, de inquietud y hasta de temor. Luego, el miedo a lo desconocido se va disipando, se descubre a los maestros que lo son y a los que no, los compañeros de fatigas y los que no se fatigan por nadie. En fin, se madura en lo personal y en el conocimiento.  Trabajándose cada logro día a día. Mientras, se acumulan experiencias, momentos felices o menos felices, éxitos y desengaños. Y al final, cada etapa cumplida supone dejar atrás un poquito de cada uno, en cada persona que ha compartido sueños y esfuerzo, en los años que se han cumplido y que ya no volverán, en los lugares caminados  y los parajes descubiertos. Cada etapa cumplida, sin duda, siempre supone el comienzo de otra. Camino.


A Laro y Claudia






                                                                                                 Oviedo

martes, 13 de junio de 2017

Sejos


 Partiendo del Puerto de Palombera hacia el collado de Rumacero





 Pico Cordel (2.061 m.) y pico Iján (2.085 m.)


 Hacia Reburdiajo (al fondo la Sierra del Escudo y Peñarubia)



Canal del Infierno (otro de los itinerarios para llegar a Sejos)



Pinguicula (Tiraña), planta carnívora


Cueto de la Concilla (1.923 m.)


 Contemplando el Valle de Cabuérniga


jueves, 1 de junio de 2017

De la cabaña de Hijedo a la cabaña de Ocejo



Dice la Real Academia Española que “cabaña” es, entre otras acepciones, “construcción rústica pequeña, de materiales pobres, destinada a refugio o vivienda”, o también, “casa pequeña de una sola planta que se suele construir en parajes destinados al descanso”. Por eso siempre sorprende, a quien llega por primera vez,  la Cabaña del Hijedo. También conocida en el lugar como Casa del Monte, sorprende porque no se ajusta a ninguna de las descripciones. Todo lo contrario, se trata de un conjunto de edificios formado por un palacete con solana con dos torres en dos de sus esquinas, una capilla y unos establos cercados por un muro. Todo ello levantado con materiales nada pobres como la piedra de mampostería y de sillería.
Construida en 1922 por el oriundo de Alfoz de Santa Gadea, Manuel Fernández Fernández-Navamuel para el descanso veraniego de su prolífera actividad como docente, jurista, político… en la capital, tubo posteriormente varios dueños como un tal Álvaro, del mismo pueblo, quien  destinó el uso de la edificación al ganadero, como lo siguen haciendo sus hijos, los últimos dueños.






Por el contrario, la Cabaña de Ocejo se ajusta totalmente a la descripción de la RAE, tanto que cumple con ambas acepciones, por lo que se nos antoja especialmente coqueta. No he podido saber quien la construyó y menos quien la mantiene tan bien. "El Oso", como el se define en los cuadernos de notas que hay en ella, ha reformado con esmero el tejado haciéndolo impermeable y lo ha cubierto con vegetación para mejor climatización del interior, no ha dejado ni una sola rendija por donde penetre el frío, ha construido una mesa con banco para comer con estupendas vistas y un pequeño muro que rodea la construcción para evitar que el ganado llegue hasta la puerta,... ¡es un autentico refugio con encanto!






Ambas cabañas está ubicadas en lugares privilegiados, en las mayores masas forestales de Cantabria. Una el Monte Hijedo y la otra en los Montes de Saja, autenticas joyas de biodiversidad y ejemplo de buena gestión de sus pobladores durante siglos. Los robles y hayas se alternan con abedules, acabales, serbales, alisos y tejos -en el caso del Hijedo con varios centenares de años- para crear unos bosques singulares habitados por una variada y rica fauna. En sus claros, el ganado disfruta de los pastos de brañas y seles. En la zona de Saja su gestión se ha realizado durante mas de 500 años mediante la figura singular de la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga.

                                               Hijedo















Saja